Saturday, November 11, 2006

EJERCICIO DE PROTECCIÓN


Siéntate cómodamente o acuéstate, vestido con ropa ligera y sin zapatos. Respira profundamente durante un par de minutos.

Inspira profundamente y mientras exhalas, visualiza un círculo de energía en forma de luz blanca sobre tu cabeza. Percibe cómo esta energía se mueve en sentido de las agujas del reloj mientras va descendiendo por tu cuerpo.

Este círculo de luz blanca adopta ahora la forma de un embudo y parece como un sacacorchos mientras desciende lentamente por tu cuerpo. Observa cómo ciertos fragmentos de energía negativa son expulsados de tu aura mientras continua su descenso. Imagina a este campo de energía moviéndose finalmente hasta los pies.

Ahora percibe una banda dorada de energía ascendiendo desde tus pies hacia la cabeza. Mientras esta asciende, deja una fina coraza alrededor de tu aura. Esta es una cubierta protectora que sólo deja pasar energía positiva a tu campo áurico.

Permanece cinco minutos con esta última visualización.

Ahora haz unas pocas respiraciones profundas y relájate.


EJERCICIO PARA EQUILIBRAR TU PROPIA ENERGÍA PROTECTORA


Viste ropa ligera y no lleves joyas. Siéntate en una posición cómoda con tu columna recta.

Relájate y despeja tu mente de todo pensamiento.

Coloca las palmas de tus manos sobre tus muslos de una forma confortable, sin ejercer presión sobre los muslos. Inspira profundamente e imagina un rayo de luz blanca entrando en lo alto de tu cabeza. Espira lentamente.

Imagina esta luz blanca rodeando ahora todo tu cuerpo y un segundo rayo de luz blanca que surge de la región de tu corazón. Este segundo rayo de luz se une con la primera luz y rodean completamente tu cuerpo y la habitación en la cual te encuentras.

Acepta la presencia de esta luz protectora. Intenta no pensar en ella, simplemente concéntrate en tu respiración y en la presencia des esta luz.

Di para tus adentros o en voz alta, ESTOY COMPLETAMENTE PROTEGIDO Y EQUILIBRADO CON ESTA LUZ BLANCA.

Mientras inspira, di, LA LUZ Y LA POSITIVIDAD DEL UNIVERSO SE VUELVEN PARTE DE MI CONCIENCIA.

Mientras espira, di, ME ESTOY FUNDIENDO CON MI SER Y LA ENERGÍA DE MI ALMA ESTÁ PERFECTAMENTE EQUILIBRA


BAÑO DE CERVEZA CONTRA EL MAL DE OJO


BAÑO DE CERVEZA CONTRA EL MAL DE OJO

Ingredientes:

El texto de San Mateo 6:6
El texto de San Mateo 5:43 a 7:29
1 litro de cerveza
1 cucharilla de sal
Una bañera
Media bañera llena de agua templada
Un cazo o un vaso
Una toalla limpia
Un traje de baño
La oración Salmo 23 o Mateo 6:9-13
Media hora de dedicacion
Lease las instrucciones antes de realizar el ritual, para tenerlo todo a punto

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1. Lea el Evangelio según San Mateo 6:6 o capítulo 5:43 a 7:29, que nos dan instrucciones para una buena oración.
2. Llene media bañera con agua templada. No eche jabón.
3. Añada cerca de un litro de cerveza a media bañera de agua templada
4. Añada una cucharilla de sal.
5. Revuélvalo en la dirección de las agujas del reloj (hacia la derecha) hasta que se mezcle bien.
6. Entre en la bañera desnudo.
7. Sumérjase completamente varias veces.
8. Siénteses entonces en la bañera y vierta agua de la misma sobre usted. Puede utilizar un cazo o un vaso para verter agua sobre su cuerpo.
9. Sumérjase y aclárese con el agua de la bañera varias veces más hasta que haya permanecido en el agua alrededor de 6 o 7 minutos.
10. Salga de la bañera y seques bien su pelo con una toalla seca.
11. Póngase un traje de baño y deje el agua secarse sobre su cuerpo.
12. Vaya a su dormitorio inmediatamente y sinceramente pidiendo ayuda. La mejor oración que puede hacer es el salmo 23. La Oración del Señor (Mateo 6: 9-13) puede ser usada también por los cristianos creyentes. Al haber eliminado la energía negativa mediante la acción de tomar un baño, la hará más efectiva.
13. Si el baño sólo proporciona un ligero alivio, debe ser repetido frecuentemente hasta que se pueda consultar a un consejero espiritual.


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San Mateo 6:6

Tu, al contrario, cuando hubieres de orar, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora en secreto a tu Padre, y tu Padre q ve lo mas secreto, te premiara en público


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San Mateo 5:43 a 7:29

5:43 Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo.
5:44 Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;
5:45 para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos.
5:46 Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos?
5:47 Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los gentiles?
5:48 Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.
6:1 Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos; de otra manera no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos.
6:2 Cuando, pues, des limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser alabados por los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.
6:3 Mas cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha,
6:4 para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.
6:5 Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.
6:6 Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.
6:7 Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos.
6:8 No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis.
6:9 Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.
6:10 Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
6:11 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.
6:12 Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.
6:13 Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.
6:14 Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial;
6:15 mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.
6:16 Cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque ellos demudan sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.
6:17 Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro,
6:18 para no mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.
6:19 No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan;
6:20 sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan.
6:21 Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.
6:22 La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz;
6:23 pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estaráen tinieblas. Así que, si la luz que en ti hay es tinieblas, ¿cuántas no serán las mismas tinieblas?
6:24 Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.
6:25 Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?
6:26 Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?
6:27 ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo?
6:28 Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan;
6:29 pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos.
6:30 Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe?
6:31 No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?
6:32 Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas.
6:33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
6:34 Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.
7:1 No juzguéis, para que no seáis juzgados.
7:2 Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido.
7:3 ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?
7:4 ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo?
7:5 ¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano.
7:6 No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que las pisoteen, y se vuelvan y os despedacen.
7:7 Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.
7:8 Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.
7:9 ¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra?
7:10 ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente?
7:11 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan?
7:12 Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas.
7:13 Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella;
7:14 porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.
7:15 Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.
7:16 Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?
7:17 Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos.
7:18 No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos.
7:19 Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego.
7:20 Así que, por sus frutos los conoceréis.
7:21 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
7:22 Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?
7:23 Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.
7:24 Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca.
7:25 Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca.
7:26 Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena;
7:27 y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.
7:28 Y cuando terminó Jesús estas palabras, la gente se admiraba de su doctrina;
7:29 porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.


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Mateo 6: 9-13

6:9 Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre.
6:10 Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
6:11 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.
6:12 Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.
6:13 Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén


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Salmo 23

Jehová es mi pastor
Salmo de David.
23:1 Jehová es mi pastor; nada me faltará.
23:2 En lugares de delicados pastos me hará descansar;
Junto a aguas de reposo me pastoreará.
23:3 Confortará mi alma;
Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.
23:4 Aunque ande en valle de sombra de muerte,
No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo;
Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
23:5 Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores;
Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.
23:6 Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida,
Y en la casa de Jehová moraré por largos días.